26-septiembre-1999

Otra vez en el último domingo de septiembre
Un flamazo de tanque de gas en la calle Antonio Plaza frente al Mercado de Abastos asustó a los vecinos.

HÉCTOR GUZMÁN

Archivo
Una nube de humo que salía desde la calle Antonio Plaza se alcanzaba a ver desde a varias calles de distancia.
La mente viajó seis años atrás, la experiencia ayudó a que los comerciantes de la zona no se acercaran y como casi nunca pasa, en este incendio abundaron los rescatistas pero ni un solo curioso.
Al menos nueve vecinos que se percataron de las llamas en la azotea del local de venta de frituras se olvidaron de las ventas y lo que podían perder y corrieron en busca de un lugar seguro.

“La burra no era arisca, sí da miedo, nos metimos a la bodega y salimos hasta que vimos a los policías ahí enfrente” , mencionó “Don Cuco”, conocido como vendedor de sandía quien resultó incapacitado aquella ocasión.

El escenario de la calle Antonio Plaza era un tanto extraño, los policías no tenían a quién retirar del lugar por curiosos.

En la esquina fuera de que los vehículos protestaran por haber cerrado la calle nadie decía nada y se retiraban del lugar.

El momento que vivió Ángel San Nicolás fue muy extraño, como él lo mencionó el estar el último domingo del mes de septiembre, a la misma hora, en el mismo triciclo donde se transporta y con destino al mismo lugar.

“Lo único que cambió fue que la vez pasada el “Güero”, lo vi que se fue para el incendio y ahora (seis años después) corrió para el otro lado con su familia”, expresó

En ese momento Ángel se notaba desorientado por la situación, veía a su esposa tranquila y a sus sobrinas pero el triciclo en el mismo lugar: es increíble.

“Es increíble, me acordé de todo, yo estaba en el mismo lugar y le iba a dar de comer a mis animales, aquella vez vi correr al “Güero” para allá pero ahora salió para el otro lado con su familia”, concretó.

Otras de las reacciones que se vivieron fue la de David Rodríguez quien al igual que los demás vecinos de la calle se negaban a recordar la experiencia pero la reacción que tuvieron delató el pánico que vivieron.

“Después de vivir la tragedia de hace seis años, la vimos muy amarga, uno no piensa en nada, desconecté el tanque y salimos corriendo, el dinero ni me importó, lo que quiere uno es vida”, manifestó David Rodríguez.

En el sitio de la tragedia hay comerciantes que son nuevos en la zona pero los que vivieron aquel aciago día se destacaron de los demás, quienes al retirarse los bomberos prefirieron sonreír para borrar de la mente la amarga experiencia que vivieron.

“Ya mejor nos pusimos a jugar dominó para que se nos pase el susto”, externaron amigos de Don Cuco, a las afueras de su bodega en la Central de Abastos.



extraido del periodico a.m. http://www.am.com.mx/celay/notap.asp?ANIOX=2005&ID=25830